El 2 de agosto de 2008, una avalancha de nieve y hielo, sorprendió a un grupo de alpinistas en la segunda montaña más alta del mundo, el K2 (8611m).
Los cambios climatológicos en la montaña son muy frecuentes, y a esa altitud, es necesario sopesar variables como motivación y riesgo. En base a ellas, los alpinistas deciden y muchas veces, sobre todo en este pico del Himalaya, dejan la vida.
Ese día el tiempo era malo, y algunos de los integrantes de varias cordadas, decidieron descender. Pero, otros quedaron atrapados a 8211 m por el desprendimiento de una pared de hielo. Unos cuantos patinaron y cayeron al precipicio. Otros quedaron atrapados sin cuerdas (destruidas por la avalancha) y sin posibilidad de rescate a esas alturas por helicóptero. En total fueron 18 los que murieron.
Cuando las condiciones a las que se ve sometido el ser humano son extremas, se ve la auténtica forma de ser de cada uno de nosotros. El carácter del montañero está especialmente curtido por el esfuerzo y nace del espíritu de cooperación y sentido de equipo. Por eso no es raro que sin conocerse de nada, alpinistas de diversas nacionalidades arriesguen su vida por salvar a otros. Como por ejemplo en este caso.
Estos 18 montañeros, eran de Nepal, Korea del Sur, Pakistán, Serbia, Irlanda, Noruega y Francia.
